Lo cierto es que, el teletipo ciudadano al que yo considero twitter, me muestra la frase y foto de un perfil al que sigo, de nombre @blayams que me pone sobre aviso. Y es ahí cuando siento el incorregible deseo de escribir un breve texto que, subido a la liana de las letras, pueda viajar hasta el acontecer diario de Mercedes Soriano y, si me apuran, quedarse allí entretenido a modo de humano gesto y humilde sintonía.
En uno de sus twitts, @blayams escribe: “Y ahora estoy así. Una pena” con una foto precisa y actualizada que no me pasa desapercibida. Mercedes muestra en ella una cabeza rapada, pero lo importante es el rostro vivo y picarón, tal vez algo cansado, adornado con una mirada limpia y niña por donde se dibuja una sonrisa amable que parece traer a colación todo el rastro sagrado de su infancia.
El caso es conseguir cambiar su rotunda frase, por otra que celebre la alegría. Hacerse eco de su situación puntual y pasajera, para devolverle instantáneamente un himno de palabras precisas con el que rodear amorosamente su dilatada biografía. Palabras que acompañen, a modo de exquisitos cimientos que construyan una patria humana y común donde ninguna tristeza repentina nos sea ajena. Hacernos cargo, por así decir, del lenguaje no verbal de los otros, a modo de plural distinto y más mancomunado, para celebrar en conjunto los arpegios musicales que la vida lleva consigo en el perfil de sus instantes.
Les pido, si son tan amables, que se apeen por momento de la dictadura de las prisas; de las ingentes tareas de sus asuntos propios; de la agenda social y más protocolaria, para dedicarle unos breves minutos compañeros, instantes chiquitos condimentados con sustancia, para de esta forma extraerle a Mercedes una sonrisa reconfortante, dado que siempre es la mejor metáfora de la alegría.
Mercedes sin pena, apoyada por una llamada o un gesto sincero; un regalo sorpresivo o una sonrisa noble y duradera; un abrazo que achucha con ahínco; una frase salpimentada con humor; una dedicación de tiempo propio convergiendo en los otros; una leve iniciativa que vaya construyendo empatía. Cualquier cosa, les pido, para que nada de lo humano nos sea ajeno. Gracias anticipadas.
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