experiencia emocional

Luz de mirada

Luz de mirada

Como decía hace unos días, formo parte del grupo #marketing17 que los distintos avatares del destino nos han hecho confluir a un grupo de personas. También mencioné que, si la inspiración acude, me gustaría relatar algo de todos y cada uno de ellos, a modo de escueta referencia, porque es aconsejable ponerse en el lugar de los otros y citarlos, a modo de desprendimiento y empatía.

En esta ocasión traigo a colación a Eva, cuya luz de mirada es una chispa centelleante que no escapa a las retinas más atentas. Torrente de nervios y conversación; siempre llama la atención, como digo, su luz de mirada; su gesto humano y noble, no exento de ágil picardía. Eva es puro nervio entre el cúmulo de momentos que transcurren, movimiento constante, rápida conversación y creatividad en estado muy latente.

Mujer hecha a si misma, de fondón humano y sensible, todavía está aprendiendo a revestirse con una corteza para que el mundo no la dañe en demasía. Y por ese factor humano me llamó la atención desde el principio, dado que ello es siempre un punto de humanidad muy al desnudo. Mira siempre en modo transparente y noble; lo cual, para los tiempos reversibles y turbios, es muy de agradecer.

Apresurada hasta en los ínfimos detalles, parece querer derrochar a cada paso una juventud que no se le acabase nunca. Alegra la conversación, cual imponente torbellino, y tiene en el rostro un himno de alegría que resulta contagioso. Al hablar toca con sus manos otros brazos, busca la experiencia emocional de la que tanto hablamos en nuestro grupo de trabajo; se entrega al momento puntual de la pedagogía y el aprendizaje. Eva es así, apasionada y transparente, sabiendo de sobra el plus de riesgo que semejante carácter le suma a la existencia.

Le deseo todo lo mejor de cara a su futuro, dado que tiene capacidad y creatividad suficiente para contrarrestar las puntuales y algo adversas circunstancias. Ella vive con una alegría en positivo, lo cual es fundamental para convertir el presente inmediato en fortalezas de futuro. Se lo merece y su empeño continuo será una de sus grandes ayudas, más las amistades conseguidas a través del imán de su carácter. Mi más fraternal abrazo para ella, desde estos instantes compartidos y constructivos.

Publicado por Diego Cruz en Marketing, 0 comentarios
Marketing 17

Marketing 17

Por avatares del destino, un grupo de hombres y mujeres nos estamos dando cita a diario en un curso de formación que, en teoría, nos ayudará a afrontar el futuro con mayores conocimientos y mejor disponibilidad para gobernar los retos del porvenir. Es, por tanto, volver a la famosa cita de Ortega: “Yo soy yo y mis circunstancias” y si no nos salvamos nosotros, difícilmente las vamos a poder modificar a ellas.

Hombres y mujeres con sus historias respectivas y particulares; personas que desde el esfuerzo y la dignidad más absoluta, retoman – o lo intentan – el carril laboral del que una vez fueron apartados. No es nada fácil; porque también juegan su protagonismo el abatimiento y el intermitente desánimo, pero para ello se han dotado de un profundo empeño que lleve a buen puerto el objetivo marcado.

Les he propuesto hablar de ellos, practicando la empatía cada vez más necesaria, en tiempos de yoismos desmedidos y egos muy revueltos. Hacerles una especie de cariñosa dedicatoria, a modo de mini biografía, donde salgan a la luz sus fortalezas, con la esperanza de que los ojeadores de ofertas laborales puedan tenerlos en cuenta. Se lo merecen, porque dentro de sus pequeñas historias compartidas, hay un aluvión de creatividad por explotar, dignificando con ello la humana actitud de ser personas.

Compartimos horas de formación y confidencias; chascarrillos y risas que hacen más agradable los tiempos de receso. Es el presente inmediato que vamos construyendo entre todos; la circunstancia puntual que nos ha tocado vivir; la predisposición a la camaradería y el gesto amable; el inmiscuirse en las circunstancias de los otros, la participación grupal que siempre fortalece a los equipos.

Y se les coge cariño en esa especial ocupación que ahora llena parte de nuestras horas. Es, si se quiere, un paréntesis enriquecido con la presencia y vivencia de los otros; una enseñanza fraternal que los avatares del destino a acercado hasta nosotros para su disfrute. El ahora que acontece, con todo su hontanar de anécdotas emocionantes.

Nos hemos dado en llamar: Marketing 17, dado que ese es el número de alumnos que en principio compartimos pedagogía y aula. Todos y cada uno de ellos tiene en mente un proyecto para llevar a cabo; una ilusión por seguir adelante; un sueño creativo a la espera de ser realizado. Una vez obtenga su permiso, les dedicaré a cada uno de ellos una breve reseña y desinteresada lanzadera.

Y todo ello no sería posible sin Tomás, nuestro profesor y formador. Tomás tiene la férrea voluntad de los que están ya curtidos en atravesar travesías del desierto. Hecho a si mismo, haciendo parada y fonda en un momento puntual de su vida, también se ha dado cuenta de que la experiencia emocional es fundamental para caminar por la existencia. Vino en modo humano y transparente; hijo del esfuerzo y la puntual penuria, lo que le añade mucho maduro realismo a la historia de los días. Como todos, es falible, pero quizá por ese reconocimiento propio aupado a la transparencia, se ha ganado nuestro afecto. Ha comparecido siempre en modo humano; con sus aciertos y con sus errores pero eso, para los tiempos que corren, es muy de agradecer. Ambas partes; tanto profesor cómo alumnos, se pueden nutrir muy vivamente, y de eso es de lo que se trata. Vaya para todos ellos, mi modesto y sincero homenaje.

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